¡Enhorabuena por tu excelente trabajo, Álvaro!
-Buenas noches, señor Roble, aquí tiene su agua.
-¡Oh chicos! Muchísimas gracias, no sabemos cómo agradecéroslo.
-De nada, pero ya
sabéis que no nos importa, ya nos hemos acostumbrado,-respondió una niñita.
-Esperemos que esto
se arregle pronto…-dijo entonces una amapola.
-Sí, hoy según me
han dicho han viajado varias flores y algún que otro árbol del norte del bosque
al mejor bosque que hay, el jardín del
paraíso. Allí arriba tendrán todo lo que necesitan, seguro, y no tendrán
sequías, -siguió diciendo entonces un arbusto.
-Si no fuera por
vosotros, niños, seguramente ya no quedaría ni rastro de nosotros, -comentó un
pino, el mayor de todo el bosque y seguramente uno de los más sabios.
-En la ciudad del
norte- siguió diciéndoles- no paran de talar árboles, todos los lunes van a
talar como ya sabéis. Llega el ruido hasta aquí y nos molesta a nosotros, a
vosotros y a todos los habitantes del pueblo. Después de todos estos años, el
bosque es mucho más pequeño y ahora hasta puedo ver los edificios más altos de
la ciudad. También veo que cada vez están construyendo más fábricas y el humo y
los olores no tardarán en llegar al sur del bosque y al pueblo. En cambio, la
sequía ya ha llegado y como veis hace mucho más calor y nos tenéis que traer
agua. Pero pronto no servirá de nada que os levantéis todas las noches a llenar
cubos de agua porque antes o después no nos llegará con esa agua porque hará
más calor todavía o las taladoras llegarán hasta el final del bosque, hasta el
pueblo mismo.
Todos los niños y jóvenes del pueblo se quedaron muy tristes al oír al pino, hasta que uno de los más mayores dijo:
-La verdad es que…
queríamos hablaros de eso mismo, de la sequía. En las noticias y en la prensa
dicen que la sequía ha aumentado un 92% en todo Canadá y que aun así todavía se
siguen talando árboles. Los meteorólogos no se explican todavía cómo ha subido
tanto la temperatura en el país estos últimos años, cuando tenía un clima
muchísimo más frío. Se piensa que dentro de unos años, cuando llueva, habrá
inundaciones porque en determinados lugares no habrá suficientes árboles para
sujetar la tierra con las raíces, y seguramente las inundaciones arrasarán
ciudades y ecosistemas con plantas y animales. Es un caso tan extremo que
dentro de unos 5 años habrá que evacuar e irse de Canadá porque será un lugar
inhabitable, de hecho ya han emigrado decenas de miles de personas. Y es que,
las temperaturas ascenderán a los 80ºC
dentro de 6 ó 7 años.
-¡Es
indignante!-protestó un zorro.
-¡Pero es que,
además, les da igual! ¡Siguen talando bosques como tontos, sólo pensando en el
dinero, sin pensar en la repercusión que puede haber en el futuro!-se quejó
otro zorrito que estaba al lado.
-Bueno mañana os
vemos pues se está haciendo tarde y tenemos que ir a la cama,-dijo un niño
despidiéndose.
Pasaron días y
semanas desde aquel día y los niños y jóvenes siguieron dándoles agua a los
árboles y plantas del bosque como ya venían haciendo desde hacía algún tiempo.
Charlaban sobre cómo podrían evitar todos los problemas de las sequías,
deforestaciones e incendios (que también había bastantes, provocados por
excursionistas al hacer fogatas o barbacoas) y las plantas y animales les
contaban lo que ocurría al otro lado del bosque. Eso lo sabían porque toda la
fauna y flora del bosque se iban contando todo lo que pasaba en todas partes,
la información iba de boca en boca hasta llegar a los más pequeños del pueblo y,
de estos, al alcalde. El alcalde no paraba de enviar quejas a la ciudad pero no
le hacían caso. Mientras, los niños y jóvenes les contaban a sus amigos del bosque
lo que ocurría en el ayuntamiento del pueblo y todo lo que hacía el alcalde,
hasta que una noche…
-¡Eh!. ¡Buenas
noticias para todos!. ¡Muy buenas noticias!. ¡Atención!, ¡escuchad!.
Todos los animales
y plantas despertaron de un sueño profundo con los gritos de alegría de la
gente.
-¿Qué ocurre?, ¿qué
pasa?, ¿qué notici…-comenzó a decir un pájaro-, pero los gritos de los niños
impedían escucharle, hasta que uno de los mayores mandó callar.
-¡Shhhh! Vamos a
contarles la noticia. Bueno, escuchadme con atención todos los árboles, plantas
y animales del bosque. Hoy mismo ha llegado una carta al ayuntamiento que
procede de una tal “Vitorsia-Gastein” (España), en la que dicen que se han
enterado de lo que está ocurriendo en Canadá (como todo el mundo) y que quieren
ayudarnos. Antes de que todo nuestro paisaje quede desértico y tengamos que
dejar el país, están dispuestos a “recoger una parte de fauna y flora
canadiense para transportarla a su ciudad” empezando por este bosque.
-¡Se dice
Vitoria-Gasteiz, tonto!-le corrigió y se rió su hermana pequeña-.
-¿Cómo “recoger
para transportar”? -preguntó el sabio y gran pino.
-Sí, como lo oyes.
Tal vez os parece raro pero es un método buenísimo que no se nos había
ocurrido, la verdad. Y funciona, es muy fácil, ya que sólo hay que extraer la
planta con las raíces y luego volver a plantarla. Y bueno, respecto a los
animales, sería mucho más fácil, simplemente transportarlos en cajas. Mira qué
son ingeniosos los “vitorsianos”.-explicó el joven.
-¡Qué se dice
vitorianos!-le corrigió de nuevo su hermanita.
-Sí, sí… pero vete
tú a saber lo que nos vamos a encontrar allí,-replicó un arbusto.
-Os aseguro que va
a ser mucho mejor que esto, allí no talan tantísimos árboles como aquí y según
he oído al alcalde, es una ciudad con mucho prestigio, -intentó convencerles el
chico.
-Sí, sí… mucho
prestigio y luego…-replicó de nuevo el arbusto.
-¿Luego
qué?-preguntó.
-¡Pues que luego
tienen mucha industria y muchas fábricas! -seguía en contra el arbusto.
-A ver, seguro que
tienen fábricas como todas las ciudades, pero parece ser que esta es especial.
Tiene un compromiso con el medio ambiente. De hecho es la ciudad con más
vegetación de toda Europa, ¡la más “verde”!. Obtuvo ese título en el 2012, hace 84 años. Viviríais y encajaríais
allí perfectamente. Además, tiene el clima como el que había aquí hace años. Un
clima genial para vosotros, que ya estáis hartos de soportar, como nosotros,
este calor espantoso durante todo el año. Es una gran oportunidad porque, como
dijo el señor Pino, si seguís aquí tarde o temprano iréis al bosque de arriba,
al jardín del paraíso, que, aunque será precioso, nadie se merece estar ahí
antes de tiempo y creo que os merecéis seguir aquí abajo, aunque haya muchos problemas para seguir adelante.
¡Así que… iros a Vitoria-Gasteiz!
En ese momento,
todos los árboles, plantas y animales del bosque por fin estaban de acuerdo y
decididos: iban a viajar a Vitoria-Gasteiz.
Después de dos
meses de espera, se llevarían lo que quedaba de bosque sin talar y los habitantes
del pueblo se quedarían muy tristes, porque en pocos días, tendrían que
abandonar Canadá, así que intentaron olvidarlo y aprovechar hasta el final el
contacto con su tierra. Se divirtieron mucho esos últimos días antes de tener
que emigrar.
Mientras tanto,
árboles, plantas y animales canadienses seguían viviendo en un 4º anillo verde
que se hizo alrededor de Vitoria-Gasteiz llamado “El Anillo Canadiense”.
Siguieron felices con sus vidas antes de llegar a ese bosque del paraíso, muy
contentos con la ciudad y su gente, que querían tanto a los árboles, animales y
plantas como los niños de Canadá.
Vitoria-Gasteiz
continuó desde ese momento, desde 2096, colaborando con asociaciones
ecológicas, salvando flora y fauna de lugares con sequía, deforestación,
incendios, contaminación y otros problemas medioambientales.
Gran trabajo Álvaro,es una buena forma de prevenirnos de lo que no debemos hacer, y encima de una forma amena.
ResponderEliminarEspero que llegue a quien toma las decisiones, y que nosotros los ciudadanos sepamos manifestarnos en ese sentido.
Mucha suerte.
Enhorabuena Alvaro. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSigue trabajando y sigue participando en todo lo que puedas. Tienes muchas cosas buenas e interesantes que comunicar.
¡Adelante Alvaro, siempre adelante!
Un abrazo. Mª Cruz