Queridos compañeros y compañeras de clase.
Soy Iker. No pude poner en el blog lo que os dije porque el viernes me fui al hospital de Cruces que está en Bilbao. Volví el lunes. Me encuentro bien, aunque me duermo un poco pero estoy contento, aunque mañana me van a pinchar pero se me pasará pronto el miedo.
Hemos escrito un cuento en el cole del hospital, es para vosotros y para Íñigo, mi tutor, para Inma (euskera irakaslea), para Nekane (English teacher), para Joana, (profe de Plástica), para Aitor (profesor de E. Física) y para Cristina (Profe de AGA).
Antes de empezar, os diré que tengo un compañero de habitación muy majo, que se llama Ibai y en una ficha que le ha dado Ana (la profe del hospital) ha puesto que lo que más le ha gustado del hospital ha sido conocer a un niño que se llama Iker, ¿quién pensáis que será?.
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EL HOSPITAL ENCANTADO
Érase una vez un hospital muy grande que se llamaba EL HOSPITAL ENCANTADO. En él había muchos niños enfermos que tenían enfermedades raras como mamitis, bultitis, amigdalitis, colitis...
Los médicos, las enfermeras y las auxiliares eran muy majos y simpáticos. Trabajaban por turnos que cambiaban a las ocho de la mañana, a las tres de la tarde y a las diez de la noche.
Un día sucedió algo muy raro pues en el cambio de turno no aparecía nadie y los enfermos estaban solos.
Entonces, dos niños llamados Iker e Ibai decidieron ir a ver qué pasaba.Fueron por largos pasillos hasta que llegaron a una habitación muy grande que estaba encantada. Allí estaban todos los trabajadores del hospital que tenían que entrar al nuevo turno. Todos estaban inmovilizados, parecían estatuas. Iker e Ibai hablaban con ellos pero no les respondían. De repente oyeron un ruido como si se rasgara una tela y apareció un personaje extraño que tenía tres cabezas y ocho piernas, no tenía brazos. En cada cabeza tenía tres ojos.Se llamaba TRESCABEZAS y se apellidaba ROTAS.
Este extraño personaje era el que había convertido en estatuas a los trabajadores del hospital.
Iker e Ibai se enfrentaron a él y le preguntaron a ver por qué estaban todos los trabajadores del hospital allí como estatuas. Él les dijo que tenía poderes y que había decidido que los niños enfermos se quedaran solos.
Iker e Ibai, como eran niños enfermos, le convencieron para que quitara la magia a las estatuas y pudieran ir a sus puestos de trabajo. Iker le contó que lo había pasado un poco mal porque había tenido dolores. Entonces los dos niños vieron cómo de uno de los nueve ojos del extraño personaje salía una lágrima.
Ibai e Iker, al ver la lágrima, le dieron un beso a TRESCABEZAS ROTAS y se quedaron sorprendidos al ver cómo le crecían los brazos a este personaje.
Cuando acabaron de crecerle, él abrazó a los niños y les dijo que estaba muy furioso porque no tenía brazos para abrazar pero a partir de aquel momento ya era más feliz.
En ese momento todas las estatuas que eran los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores...empezaron a moverse y fueron rápidamente a sus puestos de trabajo para que todos los niños enfermos pudieran curarse pronto.
IKER E IBAI