Hace poco, una niña llamada Matilda cuyo pelo y ojos eran marrones, empezó a encontrarse un poco mal. Sus padres, Rogelio y Catrina no creyeron que fuera nada grave, por lo tanto, la mandaron al colego. La pequeña Matilda fue al colegio y empezó a vomitar. A segunda hora de la mañana el profesor llamó a su madre para mandarla a casa.
La madre de Matilda la llevó al pediatra. Lo que ocurria era que sólo estaban las pediatras de guardia. Al entrar a la consulta dijeron que se trataba de una gastroenteritis. Pasaron las horas y a la pobre Matilda no se le pasaba el dolor y su padre no creía que fuera a ser gastroenteritis. Al día siguiente volvieron al pediatra, tocó a Matilda en la tripa y la niña lloró de lo mucho que le dolía. La pediatra mandó a la niña a urgencias porque se trataba de una apendicitis. La madre se asustó, la niña no tanto, pero cuando dijeron que la tenian que operar, sí que se asustó.
Madre e hija fueron a urgencias asustadas y los médicos dijeron que tenían que operar a Matilda. Al poco tiempo de hacerle las pruebas vino su padre y ella se puso muy contenta. Llegaron las 4:00 horas de la tarde y entró en el quirófano. Estaba la niña muy asustada pero el médico la calmó.
En la escuela que habia allí la maestra ayudaba a Matilda a calmar los nervios a la vez que haciamos ejercicios escolares.
Después de la operación, Matilda se tuvo que quedar varios días en el hospital recuperándose rodeada de todos los parientes y amigos que la querian.
Basada en hechos reales.
Itziar H.R.
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