Hola, me llamo Ainhoa, tengo 12 años.
En la escuela del
hospital he trabajado un cuento que se titula: “El niño y los clavos”.
Era un niño que tenía muy mal genio, un día, su padre le dijo que cada vez que
perdiera la calma que clavase un clavo
en la cerca.
El primer día clavó 37 clavos, al siguiente día clavó menos y cada vez menos, hasta que un día se dio cuenta de que era más
fácil controlar su mal genio que clavar clavos.
Finalmente llegó el día en el que no perdió la calma ni
una sola vez entonces se lo dijo a su
padre. Su padre estaba muy orgulloso de
él y le dijo que cada día que controlase su carácter sacara un clavo. Pasaron
los días y el niño sacó todos los clavos y se lo dijo a su padre, su padre le
dijo que se fijara en los agujeros que se habían quedado.
Lo mismo sucede con las personas cuando les dices algo
con mal genio, aunque pidas perdón el daño ya está hecho.
Yo pienso que este cuento nos hace reflexionar sobre cómo
decimos las cosas, que no hay que decirlas con mal genio y esta historia me
parece muy buena pero también es verdad que si pedimos perdón podemos quitar el
daño que hemos hecho, como sucede en la cerca, que con la lluvia y la nieve
esos agujeros también se quitan.
1 comentario:
Nunca había oído este cuento. pero la verdad es que sí, que hace reflexionar de una manera muy visual para vigilar un poco más lo que decimos y como lo decimos.
Muchas gracias por tu aportación Ainhoa y que desaparezcan esos otros clavos que te retienen en el hospital.
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